¿Quién es Vanessa Torres?
«Mi nombre es Vanessa Torres, tengo 35 años, soy psicóloga clínica de profesión, esposa, mamá de un niño precioso y una amante aficionada del arte con puntos, trabajo en mi tiempo libre en la elaboración de mandalas en puntillismo.
Me considero una mujer muy optimista, me encuentro en constante aprendizaje cada día, en cada paso, apasionada en cada cosa que hago.
Cuando realizo una obra, casi nunca tengo un diseño establecido ni los colores exactos, soy espontánea, me gusta lo impredecible, lo descomplicado, lo excéntrico, disfruto muchísimo desafiando los patrones y las paletas de colores, juego con tonos que jamás podríamos imaginar que se pueden mezclar, me equivoco, me estanco, me canso, pero al final AMO el resultado del «»todo»».
Aplico esta forma de pensar en mi vida, pues los tropiezos y errores del día a día son parte del proceso, somos el pincel de nuestras vidas; y al final del camino los resultados son crecimiento y beneficio para nosotros. «





Háblanos de tu negocio
«Vanna Mandala se dedica a la comercialización de mandalas elaboradas en puntillismo o tejidas, como artículos decorativos y souvenires, cada artículo está pensado, diseñado y pintado punto por punto a mano, todas las piezas de Vanna son exclusivas, y representan una fuente energía y significado diferente, de acuerdo a las formas y tonalidades que llevan.
Los mandalas tienen un significado dentro de la geometría sagrada, pues a más de representar un bonito artículo para decorar espacios, pueden llenar espacios de energía y calma. Observar un mandala durante algunos minutos puede generar estados de tranquilidad, concentración y paz mental.
Vanna comercializa elementos desde mandalas pintadas en madera, lienzo; relojes, espejos, cuadros con imágenes representativas, atrapasueños, llaveros, colgantes, y todo cuanto se pueda imaginar el cliente.
¿Cómo se te ocurrió la idea?
«La idea surge durante la pandemia, donde el arte con puntos tomó fuerza en mi vida, como en la de mis pacientes, pues representaba una alternativa de escape frente a las situaciones de estrés y ansiedad generadas por el confinamiento.
Al inicio, colgaba fotos de mis diseños en estados de redes sociales, y algunos amigos y conocidos empezaron a comprarlos.
Una buena amiga, me recomendó que ingresara a formar parte de Chozas, y en marzo del 2021 me comuniqué con Alejandro Faicán, para ser parte de este grupo de artesanos que hacen magia con sus manos. Desde ese entonces he caminado de la mano de Chozas, aprendiendo de mis compañeras a perfeccionar mis técnicas, pues no tengo un título de artesana, pero lo llevo en el corazón; además he podido mejorar tanto a nivel personal como profesional, fortaleciendo a través de sus programas de capacitación, desde la forma en que tomo las fotografías de mis productos; la administración de mi negocio y mejorando mis ingresos económicos. «
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